Vivir la guerra
Aquí no hay bombardeos, ni sirenas, ni kalasnikov, ni tanques, ni guerrillas pero también vivimos la guerra.
Cada día nos despertamos con imágenes terribles, gente que corre, grita y se desespera huyendo de un bombardeo. Disparos, caos y después la terrible calma de los "muertos", casas derruidas, lágrimas.
No es lo mismo aquí pero también vivimos la guerra. Y aquí, la distancia nos permite reflexionar. Aquí descubrimos la degeneración humana, el mostruo en el que el ser humano se ha convertido.
Cada día nos despertamos con imágenes terribles, gente que corre, grita y se desespera huyendo de un bombardeo. Disparos, caos y después la terrible calma de los "muertos", casas derruidas, lágrimas.
No es lo mismo aquí pero también vivimos la guerra. Y aquí, la distancia nos permite reflexionar. Aquí descubrimos la degeneración humana, el mostruo en el que el ser humano se ha convertido.
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arturo -